miércoles, 6 de enero de 2016

MEDITACIONES P.CEFERINO SANTOS. 6 ENERO: EPIFANÍA DEL SEÑOR


MÁS QUE REY DE LOS JUDÍOS
 
Estaba profetizado en el libro de los Números por el profeta Balaán, que "avanzaría la estrella de Jacob y subiría el cetro de Israel" (Nm 24,17). Isaías anunciaba la llegada de la luz del Señor: "Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor" (Is 60,2).
 
Hoy recordamos cómo avanzó la estrella de Jacob delante de unos Magos de Oriente (Mt 2,2b) hasta pararse encima de donde estaba el Niño (Mt 2,9). Ellos, los Magos, preguntan en Jerusalén por el Rey de los judíos, que ha nacido (Mt 2,2a). Ellos no dudaban de que había nacido el Cristo, el Ungido como rey de los judíos. Herodes tampoco dudó de que Jesús fuese el prometido Rey de los judíos y pidió información sobre Él, no para ir a adorarlo (Mt 2,8), sino para eliminarlo como posible competidor del reino.
 
Más tarde los principales de los, judíos, cuando Cristo estaba en la cruz como en su trono real, tampoco quisieron aceptarlo como Rey de los judíos: "No escribas -dijeron a Pilato- Rey de los judíos" (Jn 19,21). Tampoco acogieron la proposición del procurador romano: "¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?" (Mc 15,9) y prefirieron a Barrabás, el homicida (Mc 15,6).
 
Nosotros desde la fe sabemos que Jesús fue verdaderamente el Rey de Judá y de Israel, el descendiente de David. Pero el Reinado de Jesús, iniciado en Belén ante unos magos, no se delimita a los judíos. Es el Rey universal de todas las naciones y pueblos, por un decreto eterno de Dios, aunque algunos no lo quieran admitir. Es Rey de los gentiles, y unos Magos extranjeros vienen a adorarlo y a ofrecerle sus dones: oro, incienso y mirra (Mt 2,11), porque también los gentiles van a ser sus coherederos (Ef 3,6). Jesús es Rey de los pueblos que caminan a su luz y de los reyes, que avanzan al resplandor de su aurora (Is 60,3) y se acercan a Él para adorarlo. "De Sabá vendrán todos, trayendo incienso y oro" (Is 60,6a) a Cristo, como a Dios y como a Rey, y "proclamarán las alabanzas del Señor" (Is 60,6b). Las profecías alcanzan su cumplimiento.
 
"Mirad que mi Reino está llegando. ¿Por qué os oponéis a él, si es un Reino de verdad y de vida eterna? ¿Por qué preferís la muerte a la vida. Aceptad mi dominio salvador".
 
Perdónanos, Jesús, nuestras rebeldes actitudes ante tu Reino. Aleja nuestras resistencias, las de tu pueblo judío y las del pueblo gentil, que no Te reconocen como Rey y como Dios. Sé Rey de los pobres y desheredados que no tienen quien les cuide. Sé Rey nuestro. Te damos gracias porque nos ofreces "ser coherederos de tu Reino, miembros de tu mismo Cuerpo y partícipes de tu promesa por el evangelio" (Ef 3,6). Te adoramos con los Magos como nuestro Mesías y nuestro Rey.
 
Págs. 19 y 20  "El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B
P. Ceferino Santos
 

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