martes, 29 de diciembre de 2015

MARÍA, MADRE DE MISERICORDIA

En el Año Jubilar de la Misericordia, redescubrimos este título que tiene la Virgen María, "Madre de Misericordia" .          

El amor maternal de la Virgen María se hace cercano a los humildes, y a los pobres, a quienes necesitan de la misericordia de su Hijo. El camino que hace María para encontrarse con Isabel, es el mismo recorrido que emprende para encontrarse con nosotros, por ello nos preguntamos: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
 
No debe causar sorpresa su presencia maternal, nos debe llamar la atención la actitud ante el testimonio de la Madre de la Misericordia que en espera del nacimiento del Salvador ya asume su desempeño misionero y va en camino para compartir la alegría de Dios.
 
Las palabras de Isabel dan testimonio de María como Madre de Misericordia: “¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” (Lucas 1, 42-45).
 
(...)La Madre Misericordiosa ya asumiendo la voluntad de Dios hace el camino de la misericordia y comienza a transmitir este amor del Padre que nos concede con el nacimiento de Cristo.
 
El Papa Francisco también nos ha hablado de la misión de la Virgen como Madre de la Misericordia, decía: “Ella ha experimentado la misericordia divina, y ha acogido en su seno la fuente misma de esta misericordia: Jesucristo. Ella, que ha vivido siempre íntimamente unida a su Hijo, sabe mejor que nadie lo que Él quiere: que todos los hombres se salven, que a ninguna persona le falte nunca la ternura y el consuelo de Dios. Que María, Madre de Misericordia, nos ayude a entender cuánto nos quiere Dios” (Homilía 12-XII-2015).
 
Ante una Madre que ama y nos lleva a su Hijo Jesucristo, debemos asumir que también somos amados por Dios que quiere hacernos vivir la alegría de la misericordia en el camino que hace como María para encontrarme con los demás, dando testimonio del evangelio de la Misericordia.
 
  
(Padre Johan Pacheco, Oleada joven)
 

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