lunes, 14 de diciembre de 2015

MEDITACIONES P.CEFERINO SANTOS: LUNES 3ª SEMANA

¿DEL CIELO O DE LOS HOMBRES?
 
Necesitamos luz de Dios para valorar y discernir los hechos, las doctrinas, las personas, los espíritus y los dones recibidos, y para ejercitarlos sin desviaciones. La actitud de Cristo que expulsa a los mercaderes del Templo, es reprobada por los sacerdotes y ancianos del pueblo, que le preguntan: ¿Con qué autoridad haces esto? (Mt 21,23). La autoridad de Cristo y su acción de poder, purificando el Templo de Jerusalén, ¿venían de Dios y eran del cielo o no? Nosotros, desde la fe, sabemos que la autoridad de Cristo y sus acciones venían del cielo y eran acciones su mismo Padre, que las quería y apoyaba. La contrapregunta de Cristo a las autoridades judías es un cuestionamiento que podemos seguir repitiendo hoy como entonces: "El bautismo de Juan" y éste o aquel hecho o doctrina, profecía o don, "¿de dónde viene, del cielo o de los hombres?" (Mt 21,25). El bautismo de Juan venía del cielo; el mismo Padre lo quería como preparación para el arrepentimiento de los pecados y para la venida del Mesías. En cambio, la deliberación de las autoridades judías, tan llena de doblez y de motivaciones humanas, viene de los hombres, de su falta de amor a la verdad y del miedo a lo que podría decir el pueblo de sus respuestas insinceras.
 
Una profecía, una acción o un mensaje pueden venir de Dios y del cielo, o de ocultas adivinaciones y energías, no impulsadas por el Espíritu de Dios. Sabemos que la profecía de Balaán, bendiciendo a Israel, venía de Dios. Su comienzo fue bueno, pues "el espíritu de Dios vino sobre Balaán" (Nm 24,2). El desarrollo de la profecía sigue siendo dirigido por Dios, y los buenos resultados posteriores en la verificación de la profecía, demuestran que el mensaje de Balaán venía de Dios y del cielo.
 
Las profecías falsas, sin conversión a Dios y que producen frutos malos, son del mal espíritu que también mueve a los hombres. El árbol bueno se conoce por sus frutos buenos. Los dones de Dios se conocen también por los frutos de santidad, de paz y amor que producen y por los crecimientos en fe, esperanza y amor que causan. Lo mismo pasa con las doctrinas, las personas y las cosas que vienen de Dios: producen frutos buenos .
 
Señor: enséñame tus caminos; haz que tus sendas sepa encontrar. Concédenos el santo don de discernir y conocer lo que viene de tu Espíritu Santo y lo que viene de otros espíritus negativos y mentirosos. Ayúdanos, Señor, para no mezclarte equivocadamente a Ti con lo que no es tuyo. Ayúdanos a vivir en tu verdad. Amén.
 
"Yo soy la Verdad, la luz y la vida. El pecado hiere vuestra capacidad para conocer mis dones, mis caminos y mis planes. Yo quiero ser la luz verdadera de los hombres. Rogad por los que viven en la oscuridad y en el error y los difunden".
 
Págs.392 y 393 "El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B

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