jueves, 31 de diciembre de 2015

MEDITACIONES P.CEFERINO SANTOS. 31 DIC: 7º NAVIDAD

 
ES LA ÚLTIMA HORA
 
El mundo tiene un carácter transitorio, que experimentamos al sentimos inmersos en el tiempo inaprensible y fugitivo. Por eso, iluminado por Dios, Juan puede hablarnos de un final cósmico: "Aquí está la última hora" (1 Jn 2,18). El Mesías, el Esperado de Dios, ya vino y nos ha ungido con su unción: "En cuanto a vosotros estáis ungidos por el Santo" (1 Jn 2,20). Es el Señor Jesús quien nos ha ungido con su Espíritu de verdad y lo hemos recibido en nosotros para que nos lleve a la verdad completa (Jn 16,13). Aparecerán muchos anticristos (1 Jn 2,18b), que adulterarán la verdad de Jesús hasta que llegue la última hora de la segunda y triunfal aparición de Cristo, cuando se manifieste glorioso en el día de su venida (1 Jn 2,28).
 
Mientras llega esta última hora (1 Jn 2,18c), vamos viviendo las últimas horas parciales de cada año que concluye y de cada época que pasa. Cada año los discípulos de Cristo hemos procurado vivir de la Palabra, "que existía desde el principio y que estaba junto a Dios y era Dios" (Jn 1,1), y que se dignó acercarse hasta nosotros para ser nuestra vida y nuestra luz. Así, de la plenitud de Cristo "todos hemos recibido gracia tras gracia" (Jn 1,16) y día tras día, hasta que llegue la hora de la plenitud total con Cristo y con el Padre.
 
Mañana, al comenzar un nuevo año, Dios vendrá de nuevo con su Palabra como antorcha y luz verdadera para nuestros pasos. De nuevo, la Iglesia nos propondrá, cada día y en cada Eucaristía, las lecturas litúrgicas de la Palabra de Dios y a Cristo mismo, como "luz verdadera alumbra a todo hombre que viene a este mundo" (Jn 1,9). Y, mientras llega para cada hombre su última hora, seguiremos recibiendo testimonios de la luz (Jn 1,7) para crecer en la fe.
 
Gracias, Señor Jesús, por estos entretantos que anteceden a la hora final. Gracias, Señor, por todo lo que en este año que termina nos diste. Gracias por la unción de tu Santo Espíritu, que nos mantuvo en tu Verdad y en tu vida. Gracias por las noches tranquilas y por las inquietas horas oscuras, en que Tú estuviste a nuestro lado como Amigo fiel y luz inextinguible. Gracias por la salud y por la enfermedad; por las penas y por las alegrías, por los éxitos y por los fracasos, y por haber recibido de Ti gracia tras gracia.
 
Gracias por la soledad y por la compañía fraterna de los hermanos y hermanas; por el trabajo y por el descanso; por la cruz y por todo lo que nos acercó más íntimamente a Ti en este año, y por lo que nos acercará a Ti en nuestra última hora. Gracias por habernos dejado vivir este año Contigo. A Ti acción de gracias y gloria por los siglos. Amén.
 
"Yo estoy con vosotros, mis amigos, hasta el fin de los tiempos. Me gozo con vuestra entrega, con vuestra fidelidad y con vuestro amor. Si me falláis algún día, seguid confiando, que Yo soy mayor que vuestro pecado. Mi misericordia y mi amor os acompañarán siempre y, sobre todo, cuando os llegue vuestra última hora. Allí estará a vuestro lado mi Amor inextinguible. Yo nunca os abandono".
 
Págs. 413 y 414  "El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B
P. Ceferino Santos

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