Tema de 2016: Una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles para todos
La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre las naciones. Defendemos los principios de justicia social cuando promovemos la igualdad de género o los derechos de los pueblos indígenas y de los migrantes. Promovemos la justicia social cuando eliminamos las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad.
Para las Naciones Unidas, la búsqueda de la justicia social para todos es el núcleo de su misión global para promover el desarrollo y la dignidad humana.
La Asamblea General proclamó el 20 de febrero Día Mundial de la Justicia Social en 2007.La celebración del Día Mundial de la Justicia Social debe apoyar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social para todos.
San Juan Pablo II entendió a la perfección qué significa el término “Justicia”. Así, “El compromiso a favor de la Justicia debe estar íntimamente unido con el compromiso a favor de la paz en el mundo contemporáneo” (Encíclica Laborem exercens (2), de 1981)
Por tanto, no podemos desligar lo que significa la Justicia de la paz porque, al fin y al cabo, sin la primera difícilmente puede darse la segunda o, si se da, es una mera apariencia.
Pero la Justicia no es algo que, en sí misma, se encuentre aislada del resto de comportamientos que, en sociedad, pueden darse. Por eso, y para eso, “Un presupuesto esencial del perdón y de la reconciliación es la justicia, que tiene su fundamento último en la ley de Dios y en su designio de amor y de misericordia sobre la humanidad.1 Entendida así, la justicia no se limita a establecer lo que es recto entre las partes en conflicto, sino que tiende sobre todo a restablecer las relaciones auténticas con Dios, consigo mismo y con los demás. Por tanto, no hay contradicción alguna entre perdón y justicia. En efecto, el perdón no elimina ni disminuye la exigencia de la reparación, que es propia de la justicia, sino que trata de reintegrar tanto a las personas y los grupos en la sociedad, como a los Estados en la comunidad de las Naciones. Ningún castigo debe ofender la dignidad inalienable de quien ha obrado el mal. La puerta hacia el arrepentimiento y la rehabilitación debe quedar siempre abierta” (Jornada Mundial de la Paz, 1997)
Vemos, pues, que la Justicia se relaciona, además de con la paz, con el perdón y con la reconciliación.
Y la beata Madre Teresa de Calcuta, entregó toda su vida en favor de la dignidad de los más pobres, decía que "No hay verdadera justicia social sin Amor".
Que trabajemos todos en favor de un mundo más justo, más fraterno...más como Dios lo desea.
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