viernes, 26 de febrero de 2016

MEDITACIÓN P.CEFERINO SANTOS VIERNES 2ª SEMANA DE CUARESMA






Viernes 2ª Semana de Cuaresma

 LA COMUNICACIÓN DE BIENES

¡Es terrible el ansia de poseer del hombre cuando no respeta los derechos de los demás y llega incluso a conspirar, no sólo contra los bienes ajenos, sino hasta contra la misma vida del prójimo! La historia de los hermanos de José, que por envidia traman su muerte (“Venid, matémosle y echémoslo en un pozo cualquiera”, Gn 37,20), es una historia dolorosa que se ha repetido tantas veces a lo largo de la historia de los hombres. "El hombre se convierte en un lobo para el hombre".
El ser humano en sus rebeldías llega hasta atentar contra los derechos de Dios. Todo es propiedad del Dios Creador que nos dejó el uso de sus bienes a sus siervos e hijos. Pero, con frecuencia, el hombre se vuelve orgulloso y egoísta y acaparador excluyente en el uso de las cosas frente a los demás. Se erige en propietario absoluto e injusto, que lucha por excluir de sus derechos legítimos a los otros hombres, e incluso hasta al mismo Dueño y Señor supremo de todo: "Los labradores (rebeldes), agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon" Mt 21,35). Y no pararon hasta tratar de excluir al mismo Hijo del Dueño Supremo de su herencia, matándolo (Mt 21,39).

Comprendo, Señor, tu indignación "Contra el egoísmo asesino y acaparador de tus bienes por unos pocos, que juegan a ser dioses por el poder y la riqueza". ¡Líbranos, Señor, de hundir en la miseria y en la muerte a ningún hijo tuyo por nuestra avaricia incontrolada! Enséñanos a trabajar por la instauración de tu justicia y de tu amor entre los hombres. 
Si creo que Tú eres el Dueño de todo y conozco tus planes sobre la comunicación de los bienes de la tierra para todos, tengo que luchar por la justicia de dar a cada uno lo necesario y fomentar la comunicación de bienes, terrenos y espirituales, entre tantos hijos tuyos, que agonizan y mueren en la miseria material y en el abandono espiritual de la carencia de Dios. Da igual que hoy a la limosna la llamemos "comunicación de bienes" y, en vez de limosneros, usemos para hacer llegar nuestros bienes a los pobres, a organizaciones internacionales de ayuda. Lo hermoso es que hoy el que recibió bienes de la tierra y del cielo en este mundo, los puede compartir más fácilmente que nunca con sus hermanos necesitados. ¡Bendito seas, Señor! 

Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.

“El Pan de la Palabra... dánosle hoy”  Ciclo C

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