Jueves 1ª Semana de Cuaresma
LA ORACIÓN DE FE
Cristo nos mandó que orásemos:
"Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá"
(Mt 7,7). Orar es llamar a la puerta de Dios. Sin cansarse nunca, insistiendo
no como inoportunos, sino como enamorados; no pensando en uno mismo sino en el otro. Entonces la
oración se hace perseverante, valiente, confiada: "Cuando Te invoqué, me
escuchaste, Señor" (SI 138,3).
La reina Ester, ante el peligro de muerte para
ella y para su pueblo, acudió a Dios con fe y el Señor la escuchó:
"Líbranos con tu mano, y a mí, que no tengo otro auxilio, protégeme,
Señor” (Est 14,14). La oración confiada atrajo la protección de Dios
sobre Ester.
La Carta de
Santiago nos habla de la eficacia de la "oración de fe" (St 5,15).
Esta oración va unida a un carisma; el carisma de fe (1 Co 12,9), que ayuda a
fiarse plenamente de Dios, hasta para mover montañas, y genera en nosotros la
seguridad de que Dios va a actuar espectacularmente: "Vuestro Padre del
cielo dará cosas buenas a los que le piden" (Mt 7,11). Las respuestas de
Dios siempre son generosas: "¡Cuántas maravillas has hecho, Señor Dios
nuestro...; superan todo número!" (Sl 39,6).
La oración
movida por el carisma de fe tiene respuestas infalibles. Los milagros son
respuestas espectaculares de Dios a la oración de fe, que el Señor pone en el
corazón de sus hijos. "Señor, Te pedimos aumentos de fe y una oración
confiada desde una fe que realiza prodigios y milagros. Cuando Tú actúas
milagrosamente, entonces se nota la presencia de tu Reino y que Tú estás vivo
entre nosotros. Señor: creemos en tus milagros y los esperamos con fe. Que por
medio de ellos los hombres crean en Ti y en tu Reino; que los hombres, al ver
tus maravillas, crean en Ti, Te glorifiquen y proclamen tu Reino. Que así
sea".
Meditaciones
del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan
de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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