EL
AMOR A LOS ENEMIGOS
Hemos de pedir
por los que odian a los otros (a otra ideología, otra fe, otra cultura, otro
color de la piel.). Sólo amándolos llegaremos a ser discípulos verdaderos de
Cristo, que ama siempre y perdona sin desfallecer. Sólo cuando crezca el amor a
los enemigos, llegarán a cambiar los caminos equivocados de la humanidad, que
se destroza y se autodestruye con violencias de todo tipo, con injusticias,
asesinatos y guerras, con desprecio absoluto del cuerpo, de la vida y de los
bienes de los demás.
"Haced el
bien a los que os aborrecen" (Mt 5,44), repite Cristo. Dios hace salir su
sol sobre buenos y malos y manda la lluvia sobre justos e injustos (Mt 5,45).
Si somos hijos fieles de Dios, ¿cómo no hemos de parecernos a nuestro Padre del
cielo, que devuelve bien por mal, amor por desamor, favores por injusticias?
"Que
seamos, Señor, misericordiosos como Tú eres misericordioso y lleno de compasión
y bondad con todos. Y Tú, María, madre de misericordia, enséñanos a orar y a
sacrificarnos por los que nos critican y nos rechazan, a amarlos como Tú y tu
Hijo Jesús los amáis, para que así seamos santos y perfectos a imitación de
nuestro Padre celeste, que es Santo y perfecto (Mt 5,48). Amén".
Meditaciones
del P. Ceferino Santos, SJ.
“El
Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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