Martes 2ª Semana de Cuaresma
SOLO ÉL
Sólo Dios nos puede ayudar a
cambiar radicalmente: "Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien, buscad
la justicia, defended al oprimido, sed abogados del huérfano, defensores de la
viuda" (Is 1,17). Sin el apoyo de Dios no podemos cumplir sus mandatos y
exigencias. Cuando nos abrimos al amor del prójimo necesitado, Dios nos perdona
y hace blanquear nuestros pecados como la nieve (Is 1,18). Esto es acción
misericordiosa de Dios.
No nos
salvamos sólo por "cargar en los hombros fardos pesados e
insoportables" (Mt 23,4) de preceptos y observancias legales. Nadie puede
perdonarnos ni salvarnos sino sólo El, Cristo el Salvador. Nadie lava las
manchas de nuestro pecado sino sólo Él. Nadie enseña el camino de la vida eterna,
sino sólo Él, el Cristo: el único maestro para el tiempo y para la eternidad:
"uno solo es vuestro Maestro" (Mt 23,8). Y nadie tiene autoridad y
señorío sobre todas las edades y sobre todos los hombres, sino sólo Él: el
único Señor. "Uno solo es vuestro Señor, Cristo" (Mt 23,10).
Sólo lo que
está sometido a Ti, Señor Jesús, queda sublimado y ennoblecido. Lo demás son
esclavitudes envilecedoras, aunque las llamemos nuestras libertades. Solo Tú
nos elevas al orden de lo sobrenatural y de lo divino, cuando nos sometemos
plenamente a Ti y sólo a Ti te reverenciamos como a nuestro Maestro y Señor,
como a nuestro único Jefe y nuestro único Dios. Haz que vivamos siempre
sometidos a Ti, Dios nuestro, y sólo a Ti. Amén.
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