Miércoles 1ª Semana de Cuaresma
UNO QUE ES MÁS QUE JONÁS
Jonás, el profeta, fue una
bendición para los ninivitas, pues por medio de su predicación se convirtieron
de su mala vida" (Jon 3,10), hicieron penitencia y ayuno y aplacaron a
Dios.
Jesús, el Hijo
de Dios, nos ofrece para nuestra conversión "el signo de Jonás" (Lc
11,29): una predicación profética y transformadora. Pero ¿qué nos pasa que no
nos convertimos a Dios? ¿Por qué Cristo no es siempre para nosotros una
bendición que nos transforma y que nos salva?
Él es la
Palabra de verdad que destruye nuestro error y nuestra mentira y nos llama al
arrepentimiento. El es la palabra profética que quiere convertirnos y darnos
vida eterna. Aquí y ahora, Cristo es el nuevo anuncio de salvación para los
ninivitas de hoy, para los hombres pecadores y equivocados de nuestro siglo y
de siempre. Él es el remedio divino para una humanidad perversa, perdida y sin
norte. Pero ¿qué pasa que muchos rechazan a Jesús? ¿Cuántos son los que
acuden buscando remedio y conversión a Jesús? Los ninivitas escucharon
con docilidad el mensaje de Jonás y se convirtieron; la reina del Sur escuchó a
Salomón (Lc 11,31).
¿Por qué no
Te escuchamos a Ti, Señor Jesús, que eres más que Jonás (Lc 11,32) y más
que Salomón? Buscamos remedio a nuestros males fuera de Ti, que eres más que
Jonás y más que Salomón. Acudimos a medios y a personas, que son menos que
Jonás y Salomón. Líbranos de la desorientación espiritual, del despiste
teológico y del error radical de no acudir a Ti, que eres el único que tienes
palabras de vida eterna. Ilumínanos para que conozcamos mejor tu grandeza y tus
remedios para nosotros. Tú estás misterioso y cercano a nosotros en tu
Eucaristía. El P. Raniero Cantalamessa escribía al recordarlo: "Allí,
delante de mí, estaba alguien que era más que Jonás, más que Salomón, más que
Abrahán, más que Moisés. ¡Era el Hijo de Dios, vivo y verdadero! ...Después de
la Consagración suelo repetir dentro de mí: ¡Aquí y ahora, está el que es más
que Salomón! ¡Aquí y ahora, está el que es más que Jonás!". A Ti, Señor Jesús,
acudimos y Te proclamamos el mayor de los profetas, el único Salvador de toda
la humanidad.
Meditaciones
del P. Ceferino Santos, SJ.
“El
Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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