Completaba así su iniciación cristiana tras la vivencia del Cursillo, animado a vivir de una manera más consciente, creciente y compartida su vida cristiana, ahora con la plenitud del Espíritu que nos ayuda y capacita a vivir con Cristo y desde Él todos los acontecimientos de nuestra vida.
Elena fue su madrina.
Fue una celebración preciosa y multitudinaria en la parroquia Virgen del Templo de San Fernando de Henares. Y pudimos acompañarle un grupillo precisamente de su Cursillo para dar muchas gracias a Dios por Manu, por haberle conocido en una experiencia tan importante y vital para todos, como es el Cursillo, y haber trabado esta amistad, y para orar por él para que el Espíritu mueva su vida y le haga fructificar todos sus dones y carismas con que le ha bendecido.
Querido Manu...¡Se puede! ¡Cristo cuenta contigo! Ya sabes: ¡Con Cristo somos mayoría aplastante!
Te queremos.
¡De Colores!
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