jueves, 5 de marzo de 2015

DECÁLOGO PARA LA CUARESMA- Consiliario Nal. MCC

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  1. Cuaresma Cristocéntrica: Cristo es el centro de toda cuaresma. Cristo en su estado de sufrimiento y muerte a causa del mal y al servicio de nuestra conversión y de nuestro perdón. El centro es Cristo. El camino es Cristo. Otros caminos serán buenos si conducen a Cristo. Otras doctrinas, carismas, devociones valdrán algo si desembocan límpidamente en Cristo. No anteponer nada al Amor de Cristo.
  1. Cuaresma Silenciosa: Quien vive aturdido interiormente ante toda clase de ruidos y rodeados de mil impresiones pasajeras, sin detenerse nunca en lo esencial difícilmente se encuentro con Dios. Para orar necesitamos escuchar la voz de Dios en el silencio del corazón, abrir los ojos de la fe a todo lo que viene de Dios en el que vives, estamos y existimos.
  1. Cuaresma Pascual: Vivir la cuaresma es caminar hacia la pascua; pasar por la muerte de Cristo hecha en nosotros mortificación o muerte al pecado, conversión penitencial y confesión hasta purificar y aumentar el amor que nos hace vivir según la resurrección de Cristo a una vida nueva.
  1. Cuaresma Eclesial: Cuaresma vivida en "iglesia" para sentirnos más “iglesia”, más comunidad de Cristo. La comunidad es la común unidad de cada uno y de todos con Cristo.
La vida comunitaria no consiste en estar juntos o en cooperar para una determinada tarea de carácter social o apostólico, sino en estar afectiva y realmente unidos con Cristo y entre sí compartiendo todo desde los niveles más profundos.
  1. Cuaresma Sacramental: Redescubrir el bautismo con que fuimos injertados en la muerte y resurrección de Cristo y llenados de su Espíritu por la confirmación. Revisar el sacramento de la confesión para vivirlo desde una actitud penitencial que nos lleve a la reconciliación con Dios y con los hermanos. Vivencia de la Eucaristía: celebración consciente, desde la fe y el amor.
  1. Cuaresma viva y actual: Con el realismo de nuestra propia vida hemos de hacer de los sufrimientos diarios, necesidades, cansancio, soledad, insatisfacción, enfermedad, tristeza, etc., el paso, la andadura y el camino hacia la plenitud gozosa de la vida que debemos ir construyendo ya y que debemos buscar y esperar más allá de todo.
  1. Cuaresma Samaritana: Amar de verdad, servir, ayudar, solidarizarse con los demás, especialmente con los que sufren y con los más necesitados. Procurar no agriar más las distancias y divisiones dentro de la Iglesia. Ser fermento de unidad en la fraternidad. Dar sin esperar recompensa y darlo con amor.
  1. Cuaresma en Familia: Una familia que no vive unida no es familia. La familia está llamada a tener “un solo corazón y una sola alma” y los hijos que son fruto de ese amor y unión, podrán vivir felices y desarrollarse en este clima de felicidad. Sólo si tenemos familias sanas tendremos una sociedad sana.
  1. Cuaresma Evangelizadora: Evangelizar al hombre y al mundo del tercer milenio. Llevar la Buena Noticia a todos los ambientes de la humanidad y transformarla desde dentro, llegando a las raíces mismas de las culturas y de la cultura humana. Y no será posible la Nueva Evangelización, en ardor, en métodos, en expresiones, si falta la vida contemplativa.
  2. Cuaresma llena de alegría: Cuando ayunéis, cuando oréis, cuando deis limosna, siempre con alegría evangélica. La alegría cristiana ha de impregnar toda nuestra vida. Debe ser como un signo de nuestra identidad. La celebración de la Cuaresma –camino de la Pascua- ha de provocar en nosotros una experiencia de profunda alegría. Hemos de ser la comunidad de la alegría, el pueblo de las Bienaventuranzas porque creemos en Jesús y conocemos su presencia en medio de nuestras debilidades.
Mons. Ángel Rubio Castro
Consiliario Nacional del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de España

cursillosdecristiandad.org

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