NUEVA CREACIÓN
La novedad de vida en Cristo no se mide sólo por parámetros de juventud biológica. Radica en lo más profundo del espíritu, por más que pueda tener manifestaciones externas al nivel somático. Dios tiene poder para hacerlo todo nuevo (Is 43,17). En Cristo ha comenzado la nueva creación de los hijos de Dios, renacidos del agua y del Espíritu.
Dios nos da un espíritu nuevo y un corazón nuevo (Ez 36,26), al recibir por la fe a Cristo Jesús. Por la fe nos vamos revistiendo del hombre nuevo, que es Cristo, y nos vamos renovando a imagen de nuestro creador (Col 3,10). Toda esta creación nueva de los hijos de Dios llega y viene sobre la vieja naturaleza humana de la primera creación. Desde este momento, Dios también restaura y cambia lo viejo: "Voy a transformar a Jerusalén en alegría y a su pueblo en gozo" (Is 65,18).
Dios al perdonarnos nos hace revivir: "Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa" (Sl 30,4). Al encontramos con la novedad de Cristo, el mismo cuerpo, con frecuencia, queda sanado y restaurado: En presencia de Dios, se alegran los huesos humillados (Sl 51,10). En el encuentro de los enfermos con Cristo, desde la fe y el amor, el cuerpo enfermo muchas veces se restablece. Aquel funcionario real, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún (Jn 4,46), le pide a Jesús que baje a curar a su hijo moribundo (Jn 4,47). Cree el empleado que el encuentro personal con Cristo es sanador. Y sabe que basta un encuentro de fe con Jesús para que toda nuestra existencia se trasforme: "Anda, tu hijo está curado" (Jn 4,50) por la fe y a distancia. Y así sucedió.
La fe es un conocimiento nuevo y seguro de las cosas de Dios. Y esta fe crece y se renueva en el contacto con Cristo sanador: "Creyó él con toda su familia" (Jn 4,53). El ciego, que fue curado por Cristo de su ceguera de nacimiento (Jn 9,1), tras la sanación de su vista y de su cuerpo, ve su interior iluminado por la fe y cree en el Hijo de Dios (Jn 9,38).
¡Oh, Jesús! Tú eres el que nos renuevas por dentro y por fuera según la voluntad santa de tu Padre celestial. Haznos tu nueva creación y los hijos nuevos del Padre, que creen en Ti, Te aman sobre todas las cosas y Te sirven con el gozo de la vida nueva de los hijos de Dios.
"Yo soy el que puedo hacer un cielo nuevo y una tierra nueva. Cuando vengo a vivir a vuestras almas, sois un cielo nuevo en donde habito. Cuando sano vuestros cuerpos, sois una tierra nueva. Dejad que os reforme a mi imagen gloriosa. Yo todo lo hago nuevo".
EL PAN DE LA PALABRA DANÓSLE HOY CICLO B
Pág. 90 y 91 (Ceferino Santos S.J.)
Pág. 90 y 91 (Ceferino Santos S.J.)
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