MAYOR ES LA GRACIA QUE DIOS NOS DA
El pecado de los hombres es grande, por acción y por omisión, y grande es también la dificultad de cumplir fielmente los mandatos de Dios; hasta tal punto que es posible que algunos repitan y anuncien los mandamientos del Señor, pero que no estén dispuestos "a hacer lo que dicen" (Mt 23,3).
Nosotros tenemos que confiar en Dios, porque Él nos ayudará y nos allanará el camino (Si/Eclo 2,6). "Aunque fueran nuestros pecados como grana, como nieve blanquearán" (Is 1,10), porque el Señor es poderoso para salvar y "es clemente y misericordioso, perdona el pecado y salva del peligro" (Si/Eclo 2,11). Aunque nuestro espíritu esté inclinado al mal (St 4,5), sin embargo, "mayor es la gracia que Dios nos da" (St 4,6). La enseñanza de Cristo es doctrina iluminada del Hijo de Dios, es superior a todas las falsas enseñanzas del mundo. Él es nuestro verdadero y único Maestro (Mt 23,8).
Hemos de proclamar la grandeza de la gracia que Dios nos concede en Jesucristo y, ante ella, empequeñecernos, porque es Él el que nos santifica y no nosotros. Así, "el que se humilla ante Dios, será enaltecido" (Mt 23,12). Cristo mismo se abajó hasta la muerte y "fue entregado en manos de los hombres" (Mt 9,30) para adquirirnos su gracia de valor divino.
Su gracia supera todo don humano y procede de Jesús, que fue exaltado sobre toda la creación. El modo de recibir su gracia exigirá un camino semejante al que Cristo recorrió: hacernos los últimos y servidores de todos (Mc 9,34) para acceder a la primacía y a la excelsitud de la vida divina de la gracia.
Tú, Madre María, que te hiciste la esclava del Señor para que Él así hiciese por ti cosas grandes y maravillosas, prepáranos para recibir la grandeza de las gracias de Dios, por el camino de la humildad y el servicio humilde, que Tú nos enseñaste a recorrer. Nos unimos a la felicitación de todas las generaciones por las maravillas de la gracia en ti.
"Como Madre vuestra os pido que apartéis la vista de las malas acciones y aprendáis a obrar el bien. Vuestro Padre del cielo ve en lo secreto de vuestro ser. Él os recompensará generosamente. Yo estoy cerca de vosotros e intercedo ante Dios para que él os dé la fuerza para cambiar vuestro corazón".
EL PAN DE LA PALABRA DANÓSLE HOY
CICLO B Pág. 76 (Ceferino Santos S.J).
CICLO B Pág. 76 (Ceferino Santos S.J).
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