El cristiano está llamado a salir del Cenáculo a las calles y a los caminos del mundo.
Dice san Juan Pablo II: "El llamamiento del Señor Jesús "Id también vosotros a mi viña" no cesa de resonar en el curso de la historia desde aquel lejano día. Se dirige a cada hombre que viene a este mundo".
Oramos para que en este día nuestros hermanos y hermanas que están viviendo el Cursillo acojan la apremiante invitación a la peregrinación y la caminata: el mundo es el punto de partida y meta de nuestra fe. A todos los ambientes y a todas las personas hemos de llevar el amor de Dios.
¡De Colores!
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