OS LO IRÁ COMUNICANDO
Dios en su misma esencia es comunión. El Padre se comunica plenamente al
Hijo, y el Hijo y el Padre se comunican en el Amor personal y eterno del
Espíritu Santo. Dios quiere también comunicarse con los hombres. Cristo se hace
palabra de Dios que se trasmite a cada hombre. Jesús comparte su vida y sus
dones con nosotros y se entrega por nosotros. Y, cuando marcha a los cielos,
sigue comunicándose con nosotros en los sacramentos y en la palabra por su
Espíritu Santo.
Cuando venga el Espíritu de verdad, nos guiará hasta la verdad plena, nos
hablará de lo que oye al Padre y al Hijo y nos comunicará lo que está por venir
(Jn 16,13). Cristo nos manifestó muchas cosas, pero le quedaron muchas por
decirnos, porque aún no estábamos preparados para cargar con ellas (Jn 16,12).
Sin el don gratuito del Espíritu y de la fe, los mensajes de Dios no se
entienden o se entiendan mal y se rechazan.
Cuando San Pablo anunció en Atenas al "Dios desconocido" (Hch 17,23), que se
manifestó "por medio del hombre designado por Él, con la prueba dada a todos de
resucitarlo de entre los muertos" (Hch 17,31), los atenienses no lo entendieron
y se tomaron a broma un mensaje central en la historia de la salvación. Sólo
unos pocos llamados y elegidos, como Dionisio y una mujer llamada Dámaris (Hch
17,34), aceptan la palabra y la reciben.
En el plan salvífico de Dios entra el seguir comunicándose con nosotros y el
querer que aceptemos la comunicación de sus mensajes y sus dones. El Espíritu,
dice Jesús, "tomará de lo mío y os lo anunciará" (Jn 16,15).
Si nos falta apertura de corazón sincero y trasparencia de alma, la
comunicación con Dios y con los demás se deteriora. Tendremos que pedir perdón a
Dios por nuestro corazón endurecido. Cuando obedecemos a Dios, la comunión con
Él y con los demás hermanos se convierte en unidad armoniosa. Somos dóciles al
Espíritu de Dios y vamos teniendo comunión entre nosotros en la llamada, en la
misión evangelizadora, en el amor y en la fe, que nos unen por encima de
nuestras diferencias humanas.
Espíritu Santo de Dios: ayúdanos a vivir en comunión Contigo, con Jesús, con
el Padre y con los hermanos. Aceptamos gozosos la comunicación de tus dones, de
tu palabra, de tu misión, de tu mensaje y de tu vida. Que Santa María interceda
por nosotros. Amén.
"Yo, vuestra Madre del cielo, viví en continua comunicación con Dios. Yo
estuve llena del Espíritu Santo desde el primer momento de mi ser y estuve en
constante intimidad con el Padre y con mi Hijo. Abríos a la comunión íntima y
profunda con Dios en la oración, en vuestro trabajo y vuestras decisiones, en
todo vuestro ser. Doleos de no mantener siempre viva vuestra comunicación con
Dios. Dejadle que Él se comunique con vosotros. Yo os ayudaré".
Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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