domingo, 1 de mayo de 2016

MEDITACIÓN P.CEFERINO SANTOS. DOMINGO 6ª SEMANA DE PASCUA


"HEMOS DECIDIDO... "

¿Quién no ha tomado alguna vez en su vida una decisión equivocada? Los judíos, que se habían convertido a Cristo y exigían la circuncisión judía a los gentiles que se habían bautizado, estaban tomando una decisión equivocada y en oposición a las enseñanzas y a la práctica pastoral de San Pablo. Cristo no había predicado nunca que hubiera que circuncidarse para ser salvos (Hch 15,1).

El discernimiento verdadero provino de "los apóstoles y de los ancianos" (Hch 15,23) por la gracia especial y jerárquica, que tenían para decidir bien con la ayuda del Espíritu Santo.

No siempre es fácil decidir acertadamente y según Dios. Se requieren varias condiciones, como tener la ayuda y la luz del Espíritu Santo: "Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que las indispensables" (Hch 15,28), afirman los apóstoles en su solución al conflicto de Antioquía, indicando la no necesidad de la circuncisión para salvarse. Verdaderamente, el Espíritu Santo, "el valedor, nos lo enseñará todo" (Jn 14,25).

También es necesario decidir desde el amor. "Si uno me ama, -dice Cristo-, cumplirá mi mensaje" (Jn 14,23) y acertará. Si no decidimos desde el amor de Dios, nos equivocamos.

Las decisiones buenas están basadas, iluminadas, orientadas y confirmadas por la Palabra de Dios, a la que según su Escritura Santa se acomodan y ajustan: "Os lo he dicho por adelantado, para que cuando suceda, sigáis creyendo" (Jn 14,29). Hemos de buscar decidir de acuerdo con los mensajes del Señor.

Una buena decisión se toma también desde la paz espiritual y no desde la turbación. Para esto nos dejó Cristo su paz: "La paz os dejo, mi paz os doy, pero no como la da el mundo" (Jn 14,27). Desde la paz que Dios nos da se puede decidir con acierto.

Una buena decisión exige levantar los ojos desde las cosas de la tierra hacia Dios y hacia la meta definitiva, la Jerusalén celeste y hacia la luz de la gloria de Dios, que la ilumina (Ap 21,23) y que nos debe iluminar en nuestras opciones cristianas.

¡Oh, luz gloriosa de la patria celeste, inmortal, ilumínanos para que no tomemos decisiones fuera de tu claridad! ¡Espíritu de Dios, instrúyenos y mueve nuestras voluntades para que siempre elijamos desde tu paz y desde tu amor!


Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.

“El Pan de la Palabra... dánosle hoy”  Ciclo C

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