"HEMOS DECIDIDO... "
¿Quién no ha tomado alguna vez en su vida una decisión equivocada? Los
judíos, que se habían convertido a Cristo y exigían la circuncisión judía a los
gentiles que se habían bautizado, estaban tomando una decisión equivocada y en
oposición a las enseñanzas y a la práctica pastoral de San Pablo. Cristo no
había predicado nunca que hubiera que circuncidarse para ser salvos (Hch 15,1).
El discernimiento verdadero provino de "los apóstoles y de los
ancianos" (Hch 15,23) por la gracia especial y jerárquica, que tenían para
decidir bien con la ayuda del Espíritu Santo.
No siempre es fácil decidir acertadamente y según Dios. Se requieren
varias condiciones, como tener la ayuda y la luz del Espíritu Santo:
"Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que
las indispensables" (Hch 15,28), afirman los apóstoles en su solución al
conflicto de Antioquía, indicando la no necesidad de la circuncisión para
salvarse. Verdaderamente, el Espíritu Santo, "el valedor, nos lo enseñará
todo" (Jn 14,25).
También es necesario decidir desde el amor. "Si uno me ama, -dice
Cristo-, cumplirá mi mensaje" (Jn 14,23) y acertará. Si no decidimos desde
el amor de Dios, nos equivocamos.
Las decisiones buenas están basadas, iluminadas, orientadas y
confirmadas por la Palabra de Dios, a la que según su Escritura Santa se
acomodan y ajustan: "Os lo he dicho por adelantado, para que cuando
suceda, sigáis creyendo" (Jn 14,29). Hemos de buscar decidir de acuerdo
con los mensajes del Señor.
Una buena decisión se toma también desde la paz espiritual y no desde la
turbación. Para esto nos dejó Cristo su paz: "La paz os dejo, mi paz os
doy, pero no como la da el mundo" (Jn 14,27). Desde la paz que Dios nos da
se puede decidir con acierto.
Una buena decisión exige levantar los ojos desde las cosas de la tierra
hacia Dios y hacia la meta definitiva, la Jerusalén celeste y hacia la luz de
la gloria de Dios, que la ilumina (Ap 21,23) y que nos debe iluminar en
nuestras opciones cristianas.
¡Oh, luz gloriosa de la patria celeste, inmortal, ilumínanos para que no
tomemos decisiones fuera de tu claridad! ¡Espíritu de Dios, instrúyenos y mueve
nuestras voluntades para que siempre elijamos desde tu paz y desde tu amor!
Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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