La Clausura es un acto de gozo y de servicio de la Iglesia, en la que se reúne la comunidad orante del Cursillo con los nuevos hermanos, para compartir una misma experiencia -el misterio de Cristo en la Iglesia- y el particular compromiso frente al mundo, en la jubilosa esperanza de los hijos de Dios. (Ideas Fundamentales).
La clausura del Cursillo es el último acto del cursillo y tiene una importancia capital en su técnica pedagógica, en su espiritualidad y en la perseverancia.
Podemos decir que:
- Es algo así como la síntesis o resumen de todo el Cursillo.
- Es el Cursillo y el Poscursillo, fundidos en una realidad viva, por la presencia simultánea de la nueva promoción que sale del Cursillo y de quienes tenemos ya experiencias de contacto con el Señor y que mantienen su Espíritu a través del tiempo, de los años.
- Es una incorporación cálida y efectiva a la comunidad cristiana.
- Es la confirmación práctica de cuanto se ha dicho en el Cursillo.
- Y es una fiesta de familia, en la que se pone de manifiesto el gozo de la comunidad cristiana por la incorporación de los hermanos y hermanas que acaban de vivir el Cursillo y que se alegra de las maravillas que Dios ha hecho en ellos y que desea acompañarles en su caminar en Cristo yendo en racimo.
La Clausura es la actualización de aquellas comunidades cristianas, expresadas en los Hechos de los Apóstoles (2, 42-47): “... y ellos perseveraban en la doctrina de los apóstoles en la unión, en la fracción del pan y en las oraciones, y el Señor aumentaba día a día el numero de los que habrían que salvar ”.
¡De Colores!
No hay comentarios:
Publicar un comentario