SEGUIR A JESÚS
Los seguidores de Cristo se comprometen con Él,
que vivo y resucitado nos precede. Pero muchos no siguen a Jesús e incluso se le
oponen: "Las autoridades de Jerusalén no reconocieron a Jesús ni entendieron las
profecías que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo" (Hch
13,27). Pero a este Jesús Dios lo resucitó de entre los muertos (Hch 13,30) y
está vivo para siempre para que podamos entregarnos a su Persona y a su
servicio.
El seguimiento de Cristo es un tema central en su
Evangelio. Cristo se dedica a formar sus seguidores. Sus ovejas conocen su voz y
Le siguen (Jn 10,4). Pedro quiere seguir a Jesús hasta su Pasión, pero aún no es
su hora de padecer: "Me seguirás más tarde" (Jn 13,36). Todos los seguidores de
Cristo han de recorrer el Camino, que es él mismo (Jn 14,6) y que lleva al
Padre. María es seguidora fiel y constante de su Hijo y así en la hora de la
prueba Ella está junto a la cruz de Jesús. "Pocos te siguen hasta tu pasión y tu
cruz" recordaba Tomás de Kempis.
Tú, Jesús, quieres que Te sigamos de cerca y no a
lo lejos (Mc 14,54), y quieres que donde Tú estés estemos también nosotros (Jn
14,3). Pedro aprendió en su dolorosa experiencia que no era bueno seguir a Jesús
desde lejos. Aquella exhortación de Jesús a Pedro: "Tú sígueme" (Jn 21,22) se le
convirtió en vida y en seguimiento en cercanía de fe y en fidelidad después de
la Pasión y resurrección de Jesús.
Concédenos, Jesús, que te sigamos cada día con
nuestra cruz, junto a Ti, que haces nuestra carga ligera. Que Contigo caminemos
siempre hasta llegar a la Casa de tu Padre y nuestro Padre, tu Dios y nuestro
Dios (Jn 20,17). Amén.
Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
No hay comentarios:
Publicar un comentario