EL PADRE Y YO SOMOS UNO
Es un don del amor y de la fe el conocer a Jesús
en su divinidad y el convertimos a Él. En Antioquía, "muchos de los griegos, a
los que les anunciaron a Jesús, se convirtieron y abrazaron la fe" (Hch
11,20-21). Como veían que Bernabé estaba lleno de Espíritu Santo y de fe, una
multitud considerable se adhirió al Señor Jesús (Hch 11,24).
Todavía hoy muchos se preguntan quién eres Tú,
Jesús. Si Tú eres el Cristo, dínoslo francamente (Jn 10,24). Pero Tú, Jesús, ya
nos has respondido. Las obras que Tú haces en nombre de tu Padre nos dicen que
son las obras del Mesías prometido, del Ungido de Dios. Nadie más que Tú nos da
"vida eterna" (Jn 10,28), y esto es obra propia del Hijo de Dios. Por tus obras
santas y milagrosas Te podemos reconocer. Cuando un enfermo se está curando de
su eczema crónico y resistente a las medicinas, tras invocarte a Ti, es porque
tu poder ha entrado en su vida; cuando la persona con insomnios clama a Ti y
empieza a dormir tranquila y a tener paz, es porque tu poder y tu amor tocaron a
su sistema nervioso y a su mente. Señor, tus obras buenas Te delatan como el
Mesías y el Hijo unigénito de Dios.
Tú, Jesús, tienes conciencia desde tu santa
humanidad de tu única e intransferible personalidad divina, al mismo tiempo que
tienes conciencia de tu humanidad plena y semejante a la nuestra en todo menos
en el pecado. Tienes conciencia de ser "Cordero de Dios" sacrificado, gracias a
tu santa humanidad y, a la vez, Te sabes Pastor Supremo con tu conciencia divina
de que Tú y el Padre sois uno (Jn 10,30), y también con tu conciencia humana a
través de tu relación trascendente de intimidad filial con el Padre.
Pon en nosotros una fe firme en estas verdades.
Déjanos hoy adorar tu Persona divina, donde tu humanidad y tu divinidad se unen
sin confundirse. Y muéstranos que, al verte a Ti desde la fe, estamos ya viendo
al Padre, que es Uno contigo.
Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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