miércoles, 6 de abril de 2016

MEDITACIÓN P.CEFERINO SANTOS. MIÉRCOLES 2ª SEMANA DE PASCUA



TENER VIDA ETERNA

¿Cómo explicar al pueblo que existe un modo de vida tal (Hch 5,20): que participa misteriosamente de la vida eterna de Dios (Jn 3,16) y donde los mismos ángeles se comunican con los hombres y liberan a los apóstoles encerrados en una cárcel (Hch 5,19)? ¿Nos estamos moviendo en una realidad firme o en la idealidad de un sueño?.

Sucede que el amor de Dios al mundo es tan grande que, al comunicarnos a su propio Hijo, rebasa los límites de lo razonable y nos introduce en, su misma vida inacabable y divina: ¡Tanto amó Dios al mundo! (Jn 3,16). Y lo más real de todo parece un sueño.

Tener vida eterna es tener ya la semilla vital de Dios en nosotros (1 Jn 3,15). Por la fe se admite la semilla y la vida de Dios en nosotros (Jn 3,16) y somos reengendrados como hijos de Dios. ¿Sabemos vivir como hijos en la fe y en el amor? ¿Nos acercamos a la luz para que se vea que nuestras obras están hechas según Dios (Jn 3,21) y que la vida de Dios en nosotros es verdadera? .


¡Qué maravilla cuando dejamos crecer la semilla de hijos de Dios en nosotros y se desarrollan las potencias espirituales del conocimiento de las cosas de Dios, la sabiduría sobre sus planes y sus misterios y la inteligencia profunda de su Palabra! ¡Qué maravilla cuando el poder de Dios anida en nosotros y somos movidos por su Espíritu de forma carismática y aumentan en nosotros los dones y los frutos del Espíritu Santo y los saboreamos y nos alimentamos de vida misma de Dios!¡Qué dicha la de los hijos de Dios que sienten latir en sí mismos la vida eterna del Padre y saben que habita en sus corazones!

Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan de la Palabra... dánosle hoy”  Ciclo C

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