SALVOS
POR LA GRACIA DE JESÚS
Gratuitamente, por el
don y la gracia de Jesús, somos hechos salvos (Hch 15,11). Santiago, Jefe de la
Iglesia de Jerusalén, reconoce que todos los gentiles convertidos
"llevarán el nombre del Señor; y el Señor lo que dice, lo hace" (Hch
15,17), y salva, no por las obras de la ley mosaica, sino por su don gratuito.
Sin recibir la circuncisión judía, Dios les da a los gentiles convertidos el
Espíritu Santo igual que a nosotros" (Hch 15,8), reconoce San Pedro.
Es Jesús quien nos
salva, quien nos perdona los pecados y se entrega por nosotros. Nos entrega su
vida divina, nos entrega su Espíritu y su Divinidad; nos entrega su cuerpo, su
alma y todo su ser por gracia. Él quiere permanecer en nosotros por amor (Jn
15,9). Y no sólo permanece en nosotros, mientras estamos con Él y Él con
nosotros en la comunión eucarística. Quiere permanecer en nosotros cada hora y
por toda la eternidad.
La gracia de nuestro
Señor Jesucristo atraviesa la historia personal de cada hombre. Señor, que no
nos cerremos a esa gracia inmerecida de salvación que nos rodea y nos envuelve.
Que sepamos recibirla como don permanente y personal de tu amor por nosotros.
Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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