LA PUERTA ABIERTA DE JESÚS
Es Jesús puerta de vida y de
salvación. "Quien entra por la puerta, que es Cristo, se salvará" (Jn
10,9). Todos han de pasar por ella: los pastores (Jn 10,2) y las ovejas (Jn
10,7) para poder tener vida y salvarse.
Pero, ¡con cuántos aduaneros
tropezamos antes de que nos dejen franquear esta puerta misteriosa que es
Cristo! Ya los primeros creyentes judíos se decían: ¿Por qué han de entrar aquí
los gentiles incircuncisos? (Hch 11,1-2). San Pedro les explicó que a ellos
también Dios les había dado el Espíritu Santo (Hch 11,15-16), porque Dios
quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad y
Dios ama a justos e injustos, a judíos y a gentiles hasta que todos seamos uno
en un único redil.
Dios nos destina a todos para un
mismo cielo y antes quiere darnos a todos "la conversión que lleva a la
vida" (Hch 11,18). ¡Qué pena que algunos no quieran entrar en la vida o no
acepten por la puerta que es Cristo con arrepentimiento y con fe! No se puede
entrar saltando las vallas sin jugar a ladrón. El reino de los cielos sólo se
nos da a través de Jesús. -¿Necesitas pastos de fe? -Cruza la puerta de Jesús y
tendrás pastos abundantes. -¿Quieres sanación para tu cuerpo y para tu alma?
-Ve a la puerta de Jesús, antes de llamar a otras puertas engañosas e
inseguras. -¿Necesitas unidad y comunión? - Pasa por la puerta de la perfecta
unión de lo humano con lo divino, que es Jesús.
¿A quién iremos sino a Ti, Jesús,
Puerta de la vida eterna?
Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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