LA NOVEDAD DE
VIDA
Dios se goza en transformamos
y renovarnos a imagen de Jesús, su Hijo: "Mirad, voy a trasformar a Jerusalén en
alegría ya su pueblo en gozo" (Is 65,18b). "Del mal pasado no habrá recuerdo ni
vendrá pensamiento" (Is 65,17): Dios nos sanará internamente de nuestros
recuerdos negativos. Más aún, Dios se gozará también sanando y renovando nuestro
cuerpo decrépito o enfermo. Cuántas veces Cristo nos dice: "Anda, tu hijo, (tu
hermano, tu hermana, tu amigo) está curado" (Jn 4,50).
En el profeta Isaías Dios nos
promete "cielos nuevos y tierra nueva" (Is 65,17). Toda novedad en la historia
de la salvación arranca de Cristo: la alianza nueva, la nueva ley del amor, la
familia nueva de los hijos e hijas de Dios, la nueva vida sacramental y la
naturaleza nueva y divina, dada a los hombres, vienen de Cristo. Y hasta la
nueva salud para el alma: la nueva fe en Cristo, y la nueva salud para el
cuerpo: "tu hijo está sano" (Jn 4,50) provienen de Cristo.
La novedad que Cristo nos
trae dura para siempre; unidos a Él somos la criatura nueva, el hombre nuevo que
nunca envejece, porque ha dado muerte en sí al pecado. Por eso, se dice que en
los santos se da una "eterna juventud". Y en todos debe darse una mentalidad
nueva: la de Cristo; un conocimiento nuevo: el de Cristo; un nuevo poder, un
nuevo querer y un nuevo actuar: el de Cristo, con Él y en Él. "Señor Jesús: una
vez más Te pedimos: Renuévanos, Señor, con tu Espíritu". Amén.
Meditaciones del P. Ceferino Santos, SJ.
“El Pan de la Palabra... dánosle hoy” Ciclo C
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